Noticia RC 08.02.24 con patrocinio y solo con firma textual
Sin embargo, en contra de lo que dicta la lógica, es bastante frecuente encontrar niños que rechazan los alimentos. Esta situación puede acabar convirtiendo el momento de la comida en una auténtica pesadilla para los padres que, desesperados, no saben a qué recurrir para lograr que sus hijos abran la boca, mastiquen o traguen.
Tras la pertinente consulta al pediatra se suele constatar que, en la mayor parte de los casos, el rechazo a los alimentos no proviene de una causaorgánica o fisiológica. Pero, si no hay ninguna causa física que lo justifique, y comer es algo tan necesario para vivir como lo sería respirar, ¿qué hace, entonces, que un niño comience a tener problemas con la comida? ¿Dónde se gesta el conflicto? Para comprender mejor el origen del problema pasaremos a analizar en profundidad en qué consiste realmente el acto de la alimentación.
Sin embargo, en contra de lo que dicta la lógica, es bastante frecuente encontrar niños que rechazan los alimentos. Esta situación puede acabar convirtiendo el momento de la comida en una auténtica pesadilla para los padres que, desesperados, no saben a qué recurrir para lograr que sus hijos abran la boca, mastiquen o traguen.
Tras la pertinente consulta al pediatra se suele constatar que, en la mayor parte de los casos, el rechazo a los alimentos no proviene de una causaorgánica o fisiológica. Pero, si no hay ninguna causa física que lo justifique, y comer es algo tan necesario para vivir como lo sería respirar, ¿qué hace, entonces, que un niño comience a tener problemas con la comida? ¿Dónde se gesta el conflicto? Para comprender mejor el origen del problema pasaremos a analizar en profundidad en qué consiste realmente el acto de la alimentación.
Sin embargo, en contra de lo que dicta la lógica, es bastante frecuente encontrar niños que rechazan los alimentos. Esta situación puede acabar convirtiendo el momento de la comida en una auténtica pesadilla para los padres que, desesperados, no saben a qué recurrir para lograr que sus hijos abran la boca, mastiquen o traguen.
Tras la pertinente consulta al pediatra se suele constatar que, en la mayor parte de los casos, el rechazo a los alimentos no proviene de una causaorgánica o fisiológica. Pero, si no hay ninguna causa física que lo justifique, y comer es algo tan necesario para vivir como lo sería respirar, ¿qué hace, entonces, que un niño comience a tener problemas con la comida? ¿Dónde se gesta el conflicto? Para comprender mejor el origen del problema pasaremos a analizar en profundidad en qué consiste realmente el acto de la alimentación.
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